Entre los pasillos de La Cueva y en las canchas donde se pulen los canteranos corrías voces sincronizadas: “mae, este carajillo pinta para mucho”. En seguida el Saprissa deja salir a su nueva perla a Europa, el Benfica de Portugal propone a los morados dejárselo tras algunos meses. Pero en Tibás, Wanchope puso el freno al volante. Fue el inicio a su calvario.
Este lunes el club capitalino anunció su venta del extremo al Portland Timbers de la MLS después de una temporada en sesión-al equipo B- donde también militan los ticos y ex morados David Guzmán, Julio Cascante y Roy Miller (no seguiría para 2019). Pero volvamos al interior de la historia del juvenil…
En 2013 con apenas 16 años el Saprissa le debutó de titular en Primera en un 1-1 en Tibás frente al Cartaginés, y sin mucho zacate como profesional lo dejó irse a Portugal para hacer una pasantía con el Benfica, el más laureado en el país de Cristiano Ronaldo, Figo y Eusebio, con 36 títulos de liga. Fue tan grata la impresión que causó el tico, que pidieron el préstamo.
Se formaba el sueño de cualquier niño, Loría aún era menor de edad, ya jugaba en Europa, en un club tradicional del Viejo Continente, con casa, carro y metas deportivas por delante. Los lusitanos llamaron al Saprissa pidiendo una negociación por su ficha, una apuesta a futuro. Y el entonces gerente deportivo Paulo César Wanchope negó la transferencia, exigió la vuelta de Loría a Costa Rica y de inmediato fue al congelador por un año. La razón, al canterano le restaba un año de contrato y en seis meses podía irse como agente libre, es decir, de gratis. Solo con derechos de formación.
El zurdo volvió cabizbajo a Tibás, al propio cantón donde vive su familia y al equipo de sus amores, mismos que no le dejaban forjarse. Si no firma la extensión del contrato, no juega. Esa fue la advertencia, y esa fue su realidad. El juvenil se resistía, pensaba en el Benfica, en aquellos días tomé un Uber y de casualidad el conductor era un familiar suyo, reafirmando estas líneas y agregando que Jafet Soto estaba tras él y Jimmy Marín, hoy realidad y figura en el Herediano.
Con Marín pasó algo similar, y finalmente aguantó banca, congelador y se fue al Team. Con Randall Leal hubo disputa legal-deportiva (similar a la de Keylor Navas… sí, y hoy con tres Champions en el Real Madrid) y ganó el jugador, se pudo ir por unos años a Bélgica, aunque esta temporada regresó. “Es muy triste lo que le están haciendo a mi chamaco”, me decía aquel chofer de Uber.
Con Carlos Watson no veía minutos, cuando los tuvo fue para que saboreara la miel, y de vuelta a bajo cero. Loría terminó aceptando su renovación, pero ya el Benfica había apostado por otros. De paso y para empeorar la cuestión, por su nulo ritmo el Popeye Herrera le dejó fuera de lista para el Mundial Sub-20. Saprissa le dio apenas 422 minutos en Primera del 2013 a enero del 2018. Emergió el chance de salir al Portland Timbers y allí jugó este año 2.323 minutos en el segundo equipo, 33 partidos, 26 siendo titular y 5 llegando desde la suplencia. El resultado: 6 goles, y la petición al Saprissa por sus servicios definitivos. Ahora, con la gerencia de Coronado, en Tibás aceptaron la compra. Quizás, con mínimas finanzas actuales y futuras que pudo haber tenido con los portugueses, pero con la sabia decisión que en el pasado no importó. Con 21 años y una carrera por delante, Marvin Loría encuentra el hilo donde bordaba aquellos sueños rotos.
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