De la era de la ofensa, a la digital. Dos casos, dos formas, muchas diferencias. Nuestros clubes de Primera y hasta de Segunda División han iniciado un proceso de cambio desde hace algunos años, que hasta ahora ha tocado corazones o sensaciones entre aficionados, y hasta periodistas. Parece ser…
Hace unos días hubo un momento, si se puede decir, polémico, porque San Carlos había promocionado su juego ante el Saprissa con una imagen exponiendo la cornada que estaba a punto de recibir el Monstruo Morado (Saprissa) por parte de un Toro (San Carlos) mientras había una corrida (partido) dentro un redondel (estadio Carlos Ugalde Álvarez). Bueno, resulta que la Unafut habría llamado la atención al club norteño porque la imagen –supuestamente- incitaba a la violencia, tema que la entidad ha tratado de erradicar tras múltiples campañas. Aplaudibles.
Tras unas horas San Carlos decide quitar su imagen promocional, pero al cabo de unos minutos más, vuelve a publicarla. La corrida terminó ganándola el Monstruo sobre el Toro, no hubo ninguna serie de problemas dentro y fuera del estadio, fue un gran partido, y el fútbol como la vida siguen igual. Todo se ha debido al Marketing Digital. La venta de boletos para dicho encuentro, donde el reducto sancarleño estuvo totalmente lleno. ¿Entonces no sirvió la publicación promocional?
Esta semana también vi por ahí, en redes, como había alguno que otro malestar porque la imagen promocional del Clásico del sábado lucía con los escudos tanto de Alajuelense, como del Saprissa, sin sus colores originales. Razón que tampoco es ni mala, ni mucho menos grave. El Saprissa ha hecho algo que otros clubes también lo hacen, que la misma Unafut sigue la línea de diseño digital, y que en otras ligas del mundo, luce normal. Todo es parte de una tendencia de colores y diseños, donde el fútbol también ingresa en los conceptos empresariales que el mundo del mercadeo demanda y acopla. Todo con el mismo fin, generar ventas.
Y sí, ha sido un proceso, algo ya viejito, pero que ahora vemos con otra sintonía y al detalle, mucho por la alta tendencia del aficionado a informarse por las redes sociales, y por la gran cantidad de opciones que estas nos generan. Por ahí del 2004 el mismo Saprissa comenzó con este implemento comercial en los años del mexicano Jorge Vergara con la institución tibaseña, donde incluso se manejaban mensajes más burlescos y ofensivos (depende como se vea, y quién lo viera) hacia sus rivales, en su mayoría al archirrival Alajuelense. El concepto se trabajaba en México, y lo incursionaron en una Costa Rica, donde el aficionado no entendía que todo es parte de un juego, y no de la vida cotidiana donde la población se ve afectada seriamente.
Ahora los clubes tienen sus propios personales de mercadeo, o bien se ven asociados a alguna Agencia de Marketing Digital. Y vuelvo a repetirlo, y a dejarlo muy marcadito: esto se trata de fútbol, no de violencia entre aficionados de distintos colores de camiseta. Se trata de venta, de generación y atención de masas, capturarlas y dirigirlas hacia donde la empresa (clubes) quiere, los estadios. Sin estadios llenos, no hay taquillas, sin taquillas no hay dinero para planillas, sin nada de todo eso, no hay fútbol. Esto es un deporte, no una guerra. ¡Que gane el mejor!