Mucho se habló este martes durante y posterior al juego de Argentina ante Nigeria de Diego Armando Maradona, las redes sociales atizaron contra el Pelusa dando calificativos como ebriedad y hasta drogadicción del ex astro del fútbol en el propio estadio, pero realmente tuvo una complicación de salud.
La transmisión de la FIFA le capturó en varias ocasiones en su palco especial donde presenciaba el encuentro de su selección. Primero bailó con una nigeriana en la grada, mostró con orgullo una camiseta de Lionel Messi y una manta en su honor llevada por afición. En el primer tiempo se mostró enérgico viviendo el partido y celebrando con locura el gol de Messi, para posteriormente hacer un gesto obsceno a algunos aficionados, que según la prensa argentina, le insultaban.
En el descanso se le vio recostado en su silla con los ojos cerrados, como una pequeña siesta. Para el segundo tiempo el Diez vivió con tensión tras el empate nigeriano y luego agradeció a Dios el triunfo de su amada Albiceleste. Después, llegó lo lamentable, su descompensación en la salud.
Sujetado al vidrio del balcón y custodiado por algunos amigos, se le comenzó a ver en mal estado, algo mareado. Incluso un par de aficionados le realizaron videos, uno gritándole que era campeón del mundo, a lo que Diego a como pudo, agradeció con una sonrisa entre sus mareos. Y después, el otro grabó como le llevaban entre brazos hasta el interior del estadio a un salón VIP.
Ahí el mundo comenzó a lanzarlo a la hoguera. Las redes sociales, programas de televisión en todo el planeta dudaron sobre su estado, y la primera insinuación fue un estado de ebriedad o recaída en la drogadicción. Pero ni una, ni la otra. Maradona fue valorado en minutos por médicos privados que le diagnosticaron un bajón de presión, según informaron medios argentinos.
En minutos y terminada la atención, Maradona volvió a ser esa persona sana y enérgica, feliz por la victoria de su amada Argentina que llevó a consagrar campeona del mundo en México 1986. El Diez fue juzgado de nuevo, y no tuvo un VAR que desmintiera el error humano en breve.

Para acabar con todo, Diego escribió esto en su cuenta de Instagram: “Quiero contarles que estoy bien, que no estoy ni estuve internado. En el entretiempo del partido con Nigeria me dolía mucho la nuca y sufrí una descompensación. Me revisó un médico y me recomendó que me fuera a casa antes del segundo tiempo, pero yo quise quedarme porque nos estábamos jugando todo. ¿Cómo me iba a ir? Les mando un beso a todos, perdón por el susto y gracias por el aguante, hay Diego para rato”, detalló considerado mejor futbolista de la historia.