1.° de enero de 1933
¿Jugar un partido el primer día del año? Puede que hoy la idea parezca un poco extraña. Con todas las celebraciones (y resacas) de la Nochevieja, resulta difícil encontrar quien quiera calzarse los tacos para disputar un encuentro oficial bajo el sol del 1. ° de enero, y mucho menos quien quiera ir a verles desde la grada.
Pues durante muchas décadas fue bastante común en Costa Rica que se disputaran grandes series internacionales de fin y principio de año, con partidos el 25 de diciembre y el 1. ° de enero incluidos. Desde su construcción, en 1924, y hasta mediados de la década de 1970, el antiguo Estadio Nacional fue el escenario por excelencia que albergó aquellos duelos entre equipos costarricenses y clubes y selecciones de América y Europa.
Una de las primeras y más recordadas visitas fue la que realizó entre diciembre de 1932 y enero de 1933 el Combinado Argentino, un auténtico seleccionado con jugadores que provenían de diferentes clubes de Buenos Aires: Argentinos Juniors, Atlanta, Ferro Carril Oeste, Platense, River Plate, Tigre, Temperley, San Lorenzo y 25 de mayo.
Los argentinos derrotaron 0-3 al Club Sport La Libertad, pero cayeron 3-1 a manos del entonces campeón nacional Club Sport Herediano y nuevamente 3-1 a expensas del Orión F.C., antes de enfrentar el último duelo de su gira ante Alajuelense.
El partido se realizó el jueves 29 de diciembre, a las 3 p.m., y fue dedicado a los directores del periódico La Tribuna, el General José María Pinaud y don Otilio Ulate Blanco (que unos años después sería Presidente de Costa Rica), quienes obsequiaron una preciosa copa de madera para el equipo vencedor. El empresario Noé Alfaro ofreció un trofeo más para premiar al ganador del “match” internacional.
Aunque los manudos estuvieron en ventaja 4-1, los suramericanos levantaron su nivel en la segunda parte y el juego finalizó 4-4. La igualdad hizo necesario pactar ahí mismo un partido desempate para determinar quién se llevaría los finísimos trofeos para su casa.
El domingo 1.° de enero, a las 10 a.m., el Combinado Argentino y Alajuelense saltaron de nuevo a la cancha de Nacional para disputar un duelo en el que los suramericanos fueron claramente superiores.
Sponda anotó el primer gol apenas a los 5 minutos. “Aún todavía el Alajuelense no se había desmoralizado y presentaba lucha; un cuarto de hora después todo el cuadro había desaparecido del field y sólo argentinos se veían, quienes hacían diablos de zacate”, contó La Tribuna en su crónica del juego.
Sosa Largo anotó el segundo tanto y Sponda consiguió el tercero. Ellos, junto con D’Alessandro, descollaron durante los 90 minutos, en los que bien pudieron haber marcado al menos una decena de goles.
De los nacionales, la prensa sólo destacó el ataque de un solitario Alejandro Morera Soto –anotador del descuento- y el nerviosismo extremo del arquero Vieto. Aunque el pésimo performance de los erizos tuvo una explicación para los cronistas de la época.
“El formidable descalabro alajuelense puede tener un atenuante: que el partido se verificó el 1° de enero, cuando los más austeros se convierten en noctámbulos y después de una noche entera pasada de claro en claro, si bien no en coloquios con Baco, al menos extenuados de ambular por los centros de diversión”, justificó La Tribuna.