Uno de los acontecimientos deportivos del año se acerca. El próximo 2 de febrero tendrá lugar la cita que los aficionados a la NFL llevan esperando desde hace 365 días: la Super Bowl LIV. Miami será la ciudad encargada de engalanarse para ser observada por millones de personas en todo el mundo. Un evento que trasciende más allá de lo deportivo, y que se ha convertido en un escaparate magnífico para que las marcas punteras a nivel mundial publiciten sus productos, eso sí, después del pago de una cuantiosa cantidad de dinero, no comparable a ningún otro momento del año. Tal es el caso, que esta campaña se estima que 30 segundos de cuota televisiva antes, en el intermedio o post partido puede llegar a los 5,6 millones de dólares. Una cifra escalofriante, que sin embargo cada año aumenta debido al rédito que los anunciantes consiguen con estas acciones.
En lo que se refiere a la parcela estrictamente deportiva, nos encontramos ante una Super Bowl inédita, ya que nunca antes los San Francisco 49ers y los Kansas City Chiefs se han visto las caras por estas lides. Las apuestas de futbol americano dan como favoritos a los de Patrick Mahomes, el mejor quarterback de la liga y actual MVP. Aunque en un Super Bowl y cuando te enfrentas a una de las mejores defensivas del campeonato todo puede suceder, más si cabe cuando tantos millones de personas tienen la vista sobre estos jugadores. Cualquier acción, gesto o buena conducta durante el choque puede hacer que cualquiera de los protagonistas marque su nombre en la historia de su equipo y en el corazón de sus aficionados.
Dos choques de trenes en los que el futuro es del todo incierto. El ataque más explosivo y con más fiabilidad del campeonato espera que Mahomes tenga uno de sus días más lúcidos de cara a organizar la ofensiva, ya que prácticamente la totalidad de opciones de los ‘Jefes’ pasan por la cabeza y las manos del actual MVP de la competición. En cambio, los San Francisco 49ers intentará llevar la Super Bowl LIV a su terreno, y que sean sus hombres defensivos los que neutralicen por completo a Mahomes y los suyos para luego percutir en la defensa de los de Kansas City, probablemente uno de sus puntos más débiles de los del Estado de Misuri.