Pérez Zeledón soportó el golazo de Jeykel Venegas en la Ida y apostó por dejar el cuero en un Rosabal Cordero que quedó mudo con un gigante 0-0 generando el primer título de la historia para los sureños. El equipo de Giacone venció todo pronóstico, el de Medford generó tremendo fracaso.
De lo increíble a lo posible, así fue el andar de Pérez Zeledón en un torneo donde ni el más profeta lo pronosticó, ni el más Guerrero lo imaginó, y solo ellos lo creyeron. Bastaba eso, yo tampoco creería que al inicio del certamen todos tomaron la palabra en el camerino y señalaron esta meta, pero el fútbol es tan bello y generoso con el que pone, con el que aprovecha las oportunidades. Se metieron de cuartos a la cuadrangular cuando casi todo el campeonato estaban fuera, en la fase final se crecieron de arranque y después no soltaron la estela.
Y el fútbol también castiga al que juega con él, y le pasó a Herediano. El campeón nacional hasta este sábado sumó una treintena de años sin saborear un bicampeonato, remató la plaga con un frenazo en seco, venía una corona de paseo ante Saprissa con cero goles recibidos y cinco empujados, 22 fechas invicto en la fase regular, 54 puntos de récord. Y para nada. En la última fecha de la Cuadrangular apostó a lo permitido, pero no a lo mejor. Descansó a todo el equipo y su afición celebró los goles de Pérez Zeledón en su clasificación a la final, que a la postre dejaba al Saprissa por fuera. Y Herediano ahí creó a otro monstruo.
El gol de Venegas tiraba a una épica, a una noche memorable para recordar que la táctica también gana trofeos. Los rojiamarillos necesitaban ganar por un gol para alargar la cuestión, por dos para darle vuelta. De entrada el revulsivo fue el esperado, comenzó con los papeles claritos: el gato buscando comer y el ratón sobrevivir. Herediano fue a lo suyo con un Pérez Zeledón ordenado, cauteloso y jugando con lo trabajado en la Ida, con el cero atrás era suficiente, con algo más, lo extraordinario.
El estrés de la faena sacó los nervios, con ellos los del réferi Keylor Herrera. El silbatero se hizo loco con un carrusel de amarillas, a Ortiz le pintó con la pálida por un pelotazo al pecho de César Carrillo, y al sureño también le amonestó por lo inexplicable. El desorden se lució al 24′, hubo un tremendo penal de Pablo Salazar sobre Keylor Soto, el florense le recetó una patada al rostro sin secuelas.
La visita corría valiente en la embestida y salió de a poco cuando pudo, Jeykel Venegas su insignia. De lo errores de Herrera, una virtud, fue de acero con un gol de José Guillermo Ortiz bien anulado, el ariete cabeceó en lo que pareció un bomberazo de Bryan Segura, sin embargo Ortiz movió con su brazo el del meta. Antes del descanso el Team pudo concretar con una contra de infarto de Elías Aguilar que terminó con un zurdazo al palo diestro de Segura. Fue lo último y más peligroso de la primera parte.
Ya en el complemento el fuego creció y el incendio fue incontenible para el dueño de casa. Pérez Zeledón sudó, luchó y lo sacó. Herediano intentó con Landín y Ortíz, entró Arrieta por el mexicano, le dieron cuerda al ‘Mambo’ Núñez. Granados fue el que más inquietó a Segura con un remate incómodo que obligó al arquero a la acostada. Mientras Mitchell lo buscó de cabeza, Dave Myrie cometió un claro penal con un arrollado de tijereta donde conectó su rechace con la mano. Herrera lo dejó pasar.
El cierre fue frenético, Cazal llegó a agilizar y refrescar el trámite por un agotado Mitchell, el cabezazo y volea de Hansen ya no eran suficientes, no tenían tiza y murieron en la nada. Los seis minutos añadidos recalcaron el apodo de este equipo valiente, del nuevo campeón nacional, Pérez Zeledón… ¡Los Guerreros del Sur!