Hasta el 88’ Alajuelense tenía más que lista una lápida tremendamente difícil de quitar, ese fantasma que le persigue y que no le ha dejado llegar al título 30, pero cuando más hay que apreciar la ventaja en una final, Keyner Brown quiso hacerla de diez y dejó en condena al Herediano.
El Team le estaba dando un repaso a la Liga, tenía fuerza para sentenciarlo todo con un tercero en el saco de Pemberton. Los gritos de Jafet Soto estaban más enfocados en el orden del ataque venidero, que en una tragedia que no apreciaba su vista. Empero Brown con la presión encima no reventó al frente el cuero y se puso a amasarlo. Ingrato, irresponsable, novatada. Lo siguiente, el robo de cartera y marcó Foster. Un gol del jamaiquino que no cambió el resultado (2-1), pero sí le dio un giro a todo.
El doblete de Yendrick Ruiz en medio de su centenar en Primera se perdió aquí. La 30 aún es posible en la tienda rojinegra y esta toma más fuerza, más confianza, alborota el corazón manudo que estaba a punto de bombear sólo unos cuantos minutos más, y hasta ahí. Pero si la Liga saca esta serie, de esta forma, el Saprissa está en problemas. El Morera Soto es el encargado de generar las miles de sensaciones que podemos presagiar a priori. Ese Alajuelense de casta, de empuje, de campeón, de aquellos años. La Catedral anticipa un hervidero que ha calentado Brown. No es cierto que en el camerino del Team expresen que no ha pasado nada, que den confianza al zaguero, que sólo importa el haber ganado. Pero no, de esta manera.
Hoy se han ido a casa con la desazón de este golpe, van recordando lo que pudo o no debió ser, y el dormir del central rojiamarillo estará en veremos. No encuentro algo diferente para estas líneas. Herediano tendrá que ir a marcar, salir con algo más que Yendrick y su olfato. Pese a la ventaja, lleva brasa. No ha sido lo mismo, de ninguna forma. Brown sacudió el fantasma que era amistoso para el Herediano y lo dejó bravío en su contra. En ocho días se decide la película…