CIUDAD DE PANAMÁ. – Tras el pitazo final el ex defensor del Saprissa, Adolfo Machado, se fue a una esquina del Rommel Fernández y no pudo contener sus lágrimas en media entrevista. La razón: no estaba su familia. «Es un sentimiento muy profundo, yo quisiera que mi esposa estuviera aquí, pero ella sabe que luché por ella, por nuestra hija e hijo recién nacido», contó el exídolo morado.